Victor González Gil 1912-1992

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Ampliación de su biografia:
1912 - 1930
1930-1936
Obras desde 1930 a 1936
1935 Rumbos
La postguera
Antonio Bonet Salamanca: Su obra y El
Vivencialismo
 
 
 
De Antonio BONET SALAMANCA

EL VIVENCIALISMO
                                                                                           Corría el año de 1950 cuando González Gil lanzaba su primer manifiesto de la corriente filosófica que denominó vivencialismo, fraguada en las animadas tertulias del café de Pombo. Ante el generalizado desconocimiento de dicho vocablo insistía en años sucesivos sobre sus principios fundamentales en alusión al entorno fenomenológico que envuelve a los objetos creados por el hombre en sus plasmación y recreación ante la naturaleza. En el membrete de sus contratos, escritos y tarjetas personalizó en su encabezamiento, "Estudio vivencialista", acercamiento del arte al hombre; todo ello representaba en el incierto período artístico de la postguerra, un renovador intento humanizador y artístico su dimensión terrena nunca exenta de una continuada búsqueda en beneficio del género humano. Constituyó la tendencia ratificada en una postura de ser y actuar en la vida con la entidad propia y honrada, el trabajo y la dedicación volcadas hacia el resurgir del nuevo ser, compartido con el nuevo arte como reflejo simpático y vivencial de la sociedad.

                                                   Seguidor de Descartes ratificaba en sus escritos la patente huella del hombre en los objetos como pervivencias nunca exentas de la calidad y estado de ser viviente, de su vitalidad, del "vivere vivens viventia". La experiencia puede ser de cualquier grado, lo importante es la vivencia que consiste en un acto de vivir y no -según Ortega y Gasset -, en un acto de haber vivido. Lo que llamó vivencia el gran filósofo es para mí, pervivir. La vivencia es un hecho de experiencia que, con participación consciente e inconsciente del sujeto carece de norma concreta de ejecución, pero ha de tenerse en cuenta, no deformar la intuición primaria, el aprender, la técnica. El "vivencialismo" como tal verbo, implica una acción y está al cuidado de que no se masifique el sistema .
                                        Ya, a inicios de la posguerra madrileña fue usual la presencia de poetas, literatos y artistas en las tertulias de los reclamados cafés del centro urbano capitalino como fueron "Pombo", "La Gata Blanca" y "Gijón". En el primero trabó amistad con Neruda y Altolaguirre, editores en la cercana calle Viriato del "Caballo Verde" y en el segundo, emplazado en la calle Postas, se abordaban los problemas planteados sobre las Bellas Artes. Se hicieron frecuentes en las noches de los jueves y domingos las animadas charlas de los jóvenes allí congregados entre los que destacaban el crítico Guillot Carratalá, Carlos Ferreira, Víctor González Gil, Arturo Company, Navarro, Florencio, Eduardo Peña, Martínez Penella, Rafael Carmona, Miguel Pérez Aguilera y algún, que otro extemporáneo y asiduo participante. La crónica allanada por la pseudónima pluma de El Silencioso y amenizada por el grato y colectivo recuerdo de los tertulianos allí congregados, abundaba en los hechos cotidianos así, el sábado 14, toda la tertulia de "La Gata Blanca" bebió coñac invitada por Víctor González Gil, escultor, que en muy pocos días ha sido galardonado con dos medallas, una en la Exposición de Imaginería y forja celebrada en Madrid y otra en la de Bellas Artes de Salamanca.
                                        Las pervivencias de la realidad natural, un tanto subjetivas, realistas en su análisis y abstractas en su geométrica interpretación precisan eliminar lo innecesario frente al esquema del conocimiento; estos esquemas se asimilan a algo real que ha sido vivenciado de la materia viva en el movimiento, tiempo y espacio en su forma, contorno y color. La vivencia es el fondo perceptible sin razonamientos sin afirmar ni negar en nuestra contemplación amorosa de la vida, en las cosas como ente, como sustancia en esencia para el ser, como circunstancia que rodea al hombre ya que nuestro juicio no es exacto por la falta de dimensiones y estar en movimiento en relación con el espacio. Entre sus muchos apuntes personales figuraban las cartas de Miguel Hernández frente a su dramático destino, o la estancia de Ramón Gómez de la Serna en abril de 1949 invitado por la Dirección General de Propaganda, presidida por Pedro Rocamora. Dicha visita representó el encuentro con los amigos y tertulianos del Pombo encabezados por José Sanz y Díaz rodeado de amigos y admiradores como Antonio de Obregón, Julio Ángulo, Luis Gómez Mesa, Federico Muelas, Botín Polanco, Joaquín Calvo Sotelo, Enrique Herreros o el propio González Gil. En su particular y nutrido archivo figura el homenaje efectuado en el estudio vivencialista al pintor Aurelio Arteta, al igual, que el escrito que Francisco Umbral le dedicaba en las páginas del nuevo diario El País, en relación a los artistas depurados y su búsqueda filosófica y manifiesta oposición al existencíalismo de Sastre.
                                        Este fondo indiferenciado pero perceptible en nuestro trasfondo en nuestros sentidos coordinados en la subconciencia cuando permanece inadvertido al natural va formando nuestro ser y aflora en nuestras creaciones. La vivencia es lo único que permanece y antecede, antes y después de nuestro entendimiento; se sucede como el día a la noche, la primavera precede al verano y éste al otoño e invierno, por lo que, todo cambia de magnitud, de textura, de color, sonido y peso. Desde la explosión atómica y el navegar por el espacio, el asentamiento en la luna generó nuevas respuestas sin abandonar el idealismo, los falsos dioses y la lucha por bandos como caras opuestas de un mismo Dios y sin cejar en la continua destrucción de la naturaleza. ¿Cómo manifestarme ante personas masificadas y ante aquellas que previamente tienen una idea dada y estereotipada? El vivencialismo nació intentando ser "una llamada para los despiertos y dardo para los dormidos". Su transcendencia fortuna ha sido varia, lo cual no impide que permanezca como fruto significativo de las inquietudes de su autor. Ante lo experimentado y vivido anteriormente, expongo mi Decálogo vivencialista:
1º Estar presente ante las cosas en nuestra existencia
 2º Tener conocimiento de las cosas para nuestra existencia
3º De tal conocimiento formar nuestra personalidad
4º Ser inflexible ante la coacción que reduce la personalidad
5º No tener envidia a nadie, valorando sólo su capacidad
6º Para juzgar, retroceder o acercarse en el tiempo cronológico, para hallar más justo el espacio-tiempo en que se den los hechos y las circunstancias.
7ºAfrontar las vivencias cada día.
8º No decepcionar al prójimo buscando su convivencia.
9º Vivenciar directamente sin ir contra nada ni masificarse.
10° El vivencialista ha de tener una forma de ser resuelta, ¿individual?, en sus circunstancias vivenciales.Este primer decá­logo fue complementado con un segundo rubricado en julio de 1974:
1.- Lo que pensáis de lo que se percibe netamente de las cosas en vuestro interior, es lo que os pasa.
2.- Lo que os pasa, quede revelado o no en vuestro conocimiento, queda en el entendimiento del ser siendo.
3.- Todo lo que os pasa, son vuestras vivencias que van formando vuestra personalidad.
4.- Tener en cuenta circunstancias vivencíales en cada momento.
5.- Vuestro devenir os hará relativo todo.
6.- En la realidad están los entes vivenciales.
7.- En los entes vivenciales está vuestro mundo.
8.- En vuestro mundo está vuestra esencia.
9.- De vuestra esencia buscar el bien, el todo.
10.- En vuestro desajuste está el mal, por vuestras vivencias, preveniros con experiencia.