Victor González Gil 1912-1992

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Ampliación de su biografia:
Algunos aspectos de su biografia
1912 - 1930
1930-1936
Obras desde 1930 a 1936
1935 Rumbos
La postguera
 
 
 
 
 
De FOTOS AMARILLAS DEL RECUERDO, de Rafael FLOREZ "El Alfaqueque"

Biografía

Víctor González Gil, profesor de dibujo, escultor, imaginero religioso, numismático, fotógrafo y hasta filosofo.
                                                                                                       Nace en Talavera de la Reina (Toledo) el 30 de marzo de 1912 en el ambiente de la burguesía media de la tierra lo que le permite desde la misma infancia aplicarse precozmente a su afición inclinada por la escultura al criarse, en la Ermita de Nuestra Señora del Prado.
                                        Contaba, pues, ocho años de edad cuando surge en Talavera el trágico percance que conmocionaría al país entero y verdadero con eco mundial en lo que cabe semejante fama de un arte tan concreto para los españoles y las Americas. La cogida y muerte del fenómeno estelar de la Tauromaquia de lo que iba de siglo XX: José Gómez Gallito o Joselito.
                                        "Como me crié al lado de la Ermita de la Virgen del Prado, al lado de donde murió toreando Joselito -nos ha narrado repetidamente-, recuerdo aquello con tremenda impresión quedándoseme grabado en mi mente de chaval. Pues vi entrar a Joselito con su figura esbelta, majestuosa, y al poco, dado que la enfermería tenía una ventana que comunicaba a la parte de- la Ermita, los chicos nos asomábamos para ver el cadáver del gran torero".
                                        Aquello fue abrumador más allá de la propia actualidad coleando el suceso, e impactante para un crío recién estrenado en el aprendizaje de las letras. Así recordaría siempre de corrido una composición aparentemente anónima y una de las más difundidas en las voces populares:
                        "¡Talavera, Talavera,
                           qué triste suerte tu suerte!
                           En tu plaza bullanguera,
                           de una cornada certera,
                           halló Gallito la muerte.     …
Pasando los años, ya en plena posguerra nuestra y en la sabatina y nocturnal tertulia de la reanudada Sagrada Cripta del Café de Pombo, Víctor lo memorizó una vez más -ampulosamente- tras cierta alusión de talaverano por parte de alguien, apostillando el anciano poeta abulense y contertulio Hernández Luquero que el autor de tal poema era nada menos que el célebre comediógrafo gaditano de grandes éxitos don Pedro Muñoz Seca, el de "La venganza de don Mendo".

                              En la Ermita de Nuestra Señora del Prado. Y en la que instalaría pronto su primer estudio-taller bajo el camarín de la Virgen, de la que su padre era el santero. Superando desde el principio el límite artesanal tan próximo en la comarca y realizando, por ello, a la edad de diez años su primer busto a uno de sus hermanos. "El chico apunta algo", decían amigos de la familia y los más agudos parientes.
                                        El padre-Cecilio González Galán- había inaugurado las clases de dibujo, que hacía con tinta china en barra, de la Sociedad Recreativa El Bloque, en la plaza de los Marqueses de Villatoya entidad cultural a la que acudía a varios cursos el doceañero Víctor. Su hermano Cecilio fue músico de la Banda Municipal de Talavera, tamborilero solista -como empezara el consagrado director sinfónico Odón Alonso-, repiqueteando notoriamente en los marchosos pasodobles taurinos que acompañaban las tar­des de la memorable plaza talaverana.
                                        Bregar del niño Víctor repasando, en el taller de "Ruiz de Luna e hijo y compañía", las hojas de acanto en barro que componían el pilón de la fuente con destino a la ciudad argentina de Rosario.
                                        En la colección de periódicos correspondiente a "El Castellano", de la imperial Toledo, año 1929, pueden verse los dibujos de los redactores de entonces y de los autores del Himno a Talavera, del director de la Banda Municipal el maestro Emilio Cebrián y del letrista Antonio Fernández Mora, dibujados debajo del Camarín de la Virgen del Prado en la Ermita antes citada. Modelando también al Viejo Andarín y al niño de un año Eugenio Deocal y que titulara "Orto y Ocaso", y el desnudo de la niña Céfiro, hija de Muro. Entre más trabajos incipientes, el proyecto del monumento a la Batalla de Talavera que tanto elogiara en "El Heraldo de Talavera", Ernesto Díaz del Cerro.
                                         Pubertad de Víctor en que al llegar a los quince años es pensionado por el Excelentísimo Ayuntamiento de Talavera ingresando en la Escuela de Artes y Oficios de Toledo, capital. Cursos del 27 al 30, años que van a ser históricos en la vida literaria y política de España. Notas sobresalientes en todas las asignaturas del muchacho. Premios por oposición en Dibujo y extraordinario en Modelado. Un encauzamiento efectivo, pues, que va consolidando las expectativas puestas en él.